Estudio Alejandro Catalán
3.8.09
La cámara en el taller
23.5.09
De la clase al ensayo
El trabajo de creación de escenas, que implica reunirse por fuera de la clase, tiene dos condiciones prácticas que mantiene su continuidad con las clases.
Una es que el material ficcional que se genere será el despliegue de las condiciones dinámicas que cada uno está trabajando. Dicho de otro modo: la escena es la excusa para el trabajo y despliegue de lo que le estoy forjando en mi cuerpo. El material que se genera tiene como sentido probar actuación. Esta condición es la que le da al trabajo su función y experiencia en términos de aprendizaje de actuación: genero material para darme la actuación que busco hacer posible en mi.
La otra es el dispositivo de búsqueda. La improvisación tal como la practicamos va en busca de “seres” y “procesos”. Eso busca el que actúa el que couchea y se registra en la cámara. Los “seres” serán las variantes dinámicas que partiendo de las condiciones que cada uno trabaja aparecerán como distintos comportamientos. El estímulo de partida, más la ropa, más todo lo que azarosamente intervenga sumándose al juego, favorecen a la vez a la aparición de ese ser y el punto de ataque de su proceso.
Los procesos serán las secuencias en las que esos seres van cambiando juntos. Estas secuencias pueden no entenderse en términos de situación o circunstancias pero sí son “creíbles” en la manera que producen el trabajo subjetivo de ser esos y estar juntos. Esa manera está hecha de características que asumen los gestos, palabras y movimientos de los que se pueden asociar, épocas, clases, películas, etc. que le dan a las secuencias cierto mundo y manera de actuar.
La desesperación que invade el trabajo de creación tiene algunas variantes dinámicas que se repiten y está bueno identificarlas par hacerles el ole:
Conflicto o pelea: el enfrentamiento organiza lugares cristalizados de enunciación
Caída en el diálogo: se va ajustando la participación al momento de hablar y la sucesión dialogal hegemoniza las expresiones y su desarrollo.
Organización situacional: se premedita o se va asociando en términos argumentales.
Tensión vincular: hay “espera” y se actúa un malestar vincular que genera un “no dicho” sobre el que se pivotea.
Secuencia formal: se arma una secuencia que está centrada obsesivamente en las condiciones corporales y en el proceso e intercambio visual y sonoro pero no ficcionaliza.
Sucesión de impactos: las imágenes y operaciones tiene valor en si mismas por estimular fuertemente en alguna frecuencia pero no se desarrollan ni acumulan.
La aparición del imaginario escénico de los que trabajan es condición de posibilidad. Ganas que me crean y que me miren, ni hablar. Tengo que armarme eso para lo que no se si alguna vez me van a llamar. Partir de mi cuerpo, de lo que parece que puede, lo que necesita, le viene bien y quiere. Adornarlo, probarle objetos, posiciones, afectaciones. Traer el mueble de casa si viene bien, la lámpara, gastarme unos sopes en lo que vi que me podía venir bien. Hay que dilapidar material, tomarse un drink, inventar tiempo, soportar el enojo del resto del mundo, obsesionarse, y robar ojos y orejas.
Metanlé.
29.4.09
Dúos y encuentros
Si me junto con alguien a trabajar, por una intuición respecto a cierta compatibilidad o cierto roce que el otro me puede proporcionar, será una invitación a ver que pasa. No quedan obligados a “traer algo”. Si en la segunda cita no pasa nada, no hay porque forzar, no es culpa de nadie. Los imaginarios escénicos no tiene porqué poder compatibilizarse y potenciarse. El grado de afirmación actoral puede estar desequilibrado.
El juego del “dúo” como el del “solo” y cualquier otra cantidad configurada por encuentro, aparece inventando unas reglas específicas que son su condiciones dinámicas. En las características de ambos cuerpos hay algo que cada uno le subraya al otro y los hace de cierto mundo y textura común. Algo accidental de cómo visten, tiene el pelo, usaron el movimiento, las palabras etc. que hay que nombrar y definir. El “juego” se armo desde jueguitos más pequeños y señalables que fueron mostrando el modo en que las operaciones expresivas y sus componentes fueron configurando y manifestando la puntual manera de actuar de esos cuerpos allí. Eso hay que nombrarlo y definirlo. Las palabras, imágenes y referencias que se usan son inconexas y tiradas de los pelos pero intervienen con eficacia allí para unir las percepciones.
28.4.09
21.4.09
El dúo y su actividad expresiva
Este año, el trabajo del estudio está orientado a reinstalar la producción de escenas. En los últimos años los solos coparon la parada estimulados por el espectáculo, y relegaron las propuestas con más de un actor. Si bien los solos siguen siendo una alternativa, los dúos y quizás tríos estaría bueno que proliferen. ¿Por qué? Por un lado, tenemos que poder trasladar el despliegue de actuación que los solos mostraron posible a propuestas con más cuerpos; por otro, hay un especifico trabajo expresivo que habilita el trabajo con la expresión de otro que amplía el juego de la actuación. Ser dos o más no tiene que implicar actuar menos que solo ni ser menos decisivo. El solo como dispositivo que explicita el contacto con el público como zona de surgimiento de la ficción actoral, debe seguir activo como lógica de funcionamiento en el dúo y etc. En este sentido, el dispositivo con el que entrenamos según el cual cada actor tiene su Couch y actúa para él, funciona trasladando al dúo el trabajo con el público como contacto principal. En función de esto, el contacto entre los actores rinde como otra fuente de invención para los acontecimientos que cada actor destina a “su” público. El “contacto” entre actores es entonces una mutua conveniencia ya que, además de impedir el aislamiento que atenta contra la ficción de estar con otro, le da más vida expresiva a cada uno multiplicando el acontecer que la expresión de cada uno puede producir para los ojos y oído que lo siguen.
El contacto entre los actores es la intermodificación de sus superficies expresivas: lo que pasa en uno tiene presencia en el otro. Lo que pasa en la piel o en la vos de uno tiene presencia en la piel del otro. A lo que era en el solo el proceso de la pulseada subjetiva entre lo que me pasa vs. Lo que hago con lo que me pasa, en el dúo se suma el otro. Esta suma de actividad expresiva con la que intentamos asumir a la otra expresión trabaja de distintas maneras:
- Como nueva condición para la propia pulseada subjetiva ya que ahora tendrá que jugarse de una forma en la que se vea que es la presencia del otro la que impone también un trabajo y unos efectos sobre mi propio equilibrio o desequilibrio. Es el juego del límite que el otro le impone a la lucha de lo que a mi me pasa.
- El otro se suma como un flujo permanente de acontecimientos que mi expresión introduce en el contexto de mi trabajo de equilibramiento. Allí el juego se enriquece pudiendo mostrar no solamente como lo que me pasa se viste para el otro si no como el otro queriéndolo o no interviene con sus manifestaciones en la sensibilidad de mi contexto subjetivo que queda afectado y debe trabajar también con lo que le ingresa. Es el juego de inventar como cualquier manifestación, o su silencio, hace algo que se agrega en la economía de mi equilibrio subjetivo.
- El otro también está de una manera que condiciona mi dinámica al tener que tratarlo. Mis manifestaciones tienen efectos sobre el otro y tengo el juego de cómo tratarlo respecto de lo que busco que le suceda.
Lo que era el trabajo del equilibrio y desequilibrio subjetivo ahora es además un trabajo acompasamiento (y desacompasamiento) vincular.
E l estar con el otro no tiene que ver entonces con un conflicto, tiene que ver con el trabajo que cada uno hace consigo para poder estar con el otro
Dicho de manera más concreta e individual: El otro actor ingresa en mi proceso. El otro me aboya la superficie expresiva. Lo que el otro manifiesta visual o sonoramente me lo apropio como material de mi superficie. El público (mi Couch) debe ver en mi visualidad lo que me hace verlo y escucharlo en el contexto de lo que estoy mostrando que me pasa y hago. Las palabras del otro no le pertenecen más a él que a mí. Se ve en mi lo que es ir escuchando lo que el otro dice y hace con su vos. Los acontecimientos visuales del otro tienen su correspondencia en mi visualidad. El otro es un material de apropiación y mi apropiación es una invención expresiva en mi proceso. En la improvisación con otro actor pasa lo que me hago suceder en mi proceso. En la medida que el otro actor también se apropia de lo que me pasa, se nos ve mutar subjetivamente acompasados y se genera la ficción de estar juntos.
En está dinámica del dúo, vemos en las clases, que es muy importante que la voz siga siendo un elemento que se suma a mi expresión y no se convierta por delegación en conexión dialogal. Sería así: hablo cuando mi afectación visual lo requiere y al hacerlo quiero que mi Couch o público me vea “ir hablando”, es decir: vea como la voz se suma a mi proceso desde la visualidad que se está viendo; además mi vos entra en escena con la voluntad de afectar el oído del público del modo que tonal y dinámicamente permite esa visualidad de la que va emergiendo hacia esa visualidad que me va escuchando. Hablar, entonces, es un proceso visual y sonoro: va modificando la visualidad y el sonido que la produce en su contacto con la visualidad que va cambiando en le que escucha.
En plan de acercar, ligar y facilitar la producción estamos insistiendo mucho con la idea de que tanto los solos como los dúos se irán haciendo con secuencias que sean el efecto del despliegue de lo que esos cuerpo están trabajando como dinámica de imagen. Las propuestas serán de vestuario de posiciones, de afectaciones, de objetos útiles para el despliegue de esa dinámica. Es muy útil filmar el ensayo para tener registro de lo que se identifica como interesante para recuperarlo y trabajarlo. El famoso “trabajo de mesa” es algo que llega bastante tiempo después y siempre muy al pie del ensayo y la puesta a prueba.
Otro elemento que estamos introduciendo es la referencia de lenguaje. Estos son directores o películas que están circulando por los grupos. Estas referencias no son objetos para representar sino condiciones dinámicas para acentuar el foco en el juego actoral. La dinámica expresiva que resulte puede tener algo que la vincule al juego con eso sin que sea un efecto de tal referencia.
Esto último ligado a la producción lo iremos ampliando.
Sigamos hablando del tema dúos. En las últimas semanas han surgido ejercicios y comprenciones que están permitiendo ir más directamente al juego que permite el dos. Usemos los comentarios del blog para sumar cuestiones, reflecciones e ideas.
14.4.09
Series on-line
http://www.seriesyonkis.com/
No hay excusa para no ver "Los Soparanos"